In-cesante.

In-abarcable (a pie).

Así que hazte con una tarjeta Sube y toma el bus.

Déjate llevar por la línea 29: Caminito/Plaza Dorrego/ San Telmo/ Casa Rosada/ Obelisco/ Tribunales/ Teatro Colón/ Corrientes y un largo etcétera. Saca a ese cotilla que todos llevamos dentro. Y fíjate en los demás viajeros. En lo agotados que están cuando vuelven a casa después del laburo. En la niña que escucha música y deja dormir a su mamá.

bus-Buenos-Aires

Entretente con sus conversaciones. Con ese hablar hasta por los codos tan suyo. Y pregúntales. La mayoría estarán dispuestos a explicarte esto y lo otro. Mira por la ventana. Alucina con la compra por cuotas de ropa, como en la España de los sesenta, y con esas escenas tan cotidianas de los barrios y tan impredecibles de las grandes ciudades.

Y una vez que hayas absorbido hasta el más mínimo detalle, súbete a otro autobús (¿quizá el 152?) porque Buenos Aires es in-finita y no has hecho más que empezar.

Publicado por Olga de Blas, #CorresponsalPANGEA en Sudamérica.

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