Dejamos atrás a los masáis, a sus rebaños y a las las increíbles llanuras a los pies del Kilimanjaro para poner rumbo al Parque Nacional de Tarangire, el primero de los Parques Nacionales que visitamos en nuestro itinerario por tierras tanzanas así que… ¡que empiece nuestro primer safari en Tanzania!
¿Sabes de dónde viene el nombre de Tanzania?
Creo que voy a tomarme un pequeño paréntesis para contaros el origen del nombre del país, Tanzania, ya que fue en este trayecto cuando nuestro guía nos lo explicó a nosotros y nos pareció realmente interesante. Antiguamente había dos países: Tanganica por un lado y Zanzíbar por otro. Cuando se unieron para formar el que hoy conocemos como Tanzania crearon el nombre a partir de tres sílabas: Tan, de Tanganica, Za, Zanzíbar, y Nia, que en swahili significa esperanza. Así que de ahí surge Tanzania; de la unión de los dos países y de hacerlo con esperanza.
Cómo llegar al Parque Nacional de Tarangire
Antes de llegar a nuestro destino hacemos una parada técnica en Arusha. La verdad es que cada vez que pasamos por esta ciudad nos llama la atención cada calle, cada local… La pobreza está presente, pero también lo están las sonrisas, los saludos cargados de ilusión y, sobre todo, un estilo de vida relajado y en paz, sabiendo que con lo que tienen es más que suficiente para tirar hacia delante y ser felices.
Después de visitar una pequeña galería con algunos detalles de la historia de Tanzania, el safari por el Tarangire nos espera. Este Parque Nacional es conocido por ser el Parque con mayor concentración de elefantes de todo África, hasta 3.000 elefantes conviven en estas tierras situadas al sur de Arusha. Tarangire es el único Parque de nuestro itinerario en Tanzania donde la mosca tsé tsé tiene más presencia, pero no tenéis que preocuparos por nada, evitad las camisetas negras o azules oscuras y… ¡podéis dedicaros a disfrutar!
Por qué hacer un safari en el Parque Nacional de Tarangire
La entrada al Parque ya nos llama la atención, huele a safari y eso hace que las ganas de ver animales se disparen, abrimos el techo de nuestro 4×4 y empezamos la ruta por dentro del Parque. ¡Nuestro primer safari en Tanzania por fin empieza! Como os contaba en el post anterior, en los Parques Nacionales el vehículo no puede salirse de los caminos, pero la realidad es que hay muchos y entendemos que nuestro guía se va orientando a la expectativa de ver si encontramos algo o algún compañero da un aviso de avistamiento de animales por radio.
El Parque es realmente bonito y, en contraste con las llanuras de Sinya, Tarangire es mucho más escarpado, lleno de colinas cubiertas por multitud de clases de acacias. No solo hay que ir con los 5 sentidos puestos en encontrar animales, sino que los árboles también llaman mucho la atención y, aunque siempre acabas echando un ojo a ver si das con ese leopardo tan difícil de encontrar, si eres un amante de los pájaros la diversidad que encuentras es increíble. Aves de todos los colores y tamaños te esperan en África y la verdad es que, aunque no se tenga mucho conocimiento de la avifauna ésta llama mucho la atención. ¡Un safari en todos los sentidos!
Tarangire, el lugar con más elefantes para hacer un safari en Tanzania
Nuestro primer safari en Tanzania nos tiene emocionados y mientras seguimos con la búsqueda del elefante vamos pasando por muchos lugares distintos dentro del Parque: montañas, ríos, lluvia y sol nos acompañaron durante toda la tarde y tuvimos la suerte de estar rodeados de gacelas, jirafas y varios tipos de antílopes. Pero no fue hasta casi el final de nuestro safari cuando encontramos nuestro preciado premio. Allí estaba, justo en frente de nosotros, una manada entera de elefantes comiendo bajo la lluvia. Fue tan increíble que sabíamos que se convertiría en una de esas estampas que guardas en tu mente para toda la vida. Aunque no nos vamos a engañar: en África de éstas hay muchas. ¡Hakuna matata!
Dónde dormir en el Lago Manyara
El Parque Nacional cierra a eso de las 18:30 por lo que nuestro primer safari en Tanzania termina y ponemos rumbo a nuestro nuevo hotel. En este caso elegimos el campamento Maramboi, situado a las orillas del Lago Manyara, lo que hace que la ubicación sea una maravilla y la experiencia una auténtica pasada. Una piscina increíble con vistas al lago donde darte un baño y disfrutar de una cervecita mientras ves cómo las cebras o los ñus se acercan a beber al lago o a manadas de jabalíes -o pumbas- cuidando de sus crías justo delante de ti, superará todas las expectativas. ¡Son de esos momentos que no tienen precio en el llamado lujo africano! Las habitaciones son realmente grandes y muy completas y la verdad es que se convierte en la guinda perfecta para la primera parada en nuestro itinerario por los Parques Nacionales de Tanzania. Tarangire no defrauda y nos disponemos a poner rumbo a nuestra siguiente parada: un safari por el Lago Manyara.
Qué hacer en el lago Manyara
A la mañana siguiente, el hotel Maramboi pone a disposición de sus clientes la opción de hacer un pequeño safari a pie junto a un guía masái de una hora acercándote al lago para ver aves y animales que estén en ese momento por la zona. No dudamos en apuntarnos y, acompañados por nuestro guía masái, dimos un paseo que realmente mereció la pena. Los safaris a pie en Tanzania siempre son muy recomendables y en este caso no fue para menos. Tuvimos la suerte de codearnos con cebras y ñus a escasos 30 metros de nosotros y, cuando nos acercamos a la orilla, nos encontramos cara a cara con flamencos -que teñían el lago de un color rosa intenso- y pelícanos comiendo. ¡Sin duda una buena forma de empezar el día!
Después de un buen desayuno pusimos rumbo al Parque Nacional del Lago Manyara para empezar con nuestro segundo safari en Tanzania. Este año, curiosamente, es un año especial debido a que hacía mucho tiempo que no llovía tanto en el país, así que pudimos disfrutar del lago con un nivel de agua mucho mayor del habitual. Esto nos beneficiaba, por un lado, porque al haber más agua el lago es mucho más espectacular, pero, por otro, nos perjudicaba a la hora de disfrutar de los flamencos, ya que éstos se alimentan de los gusanos o de las algas que quedan en la orilla cuando el nivel del agua es más bajo y teníamos que conformarnos con verlos con un poco de distancia.
Qué ver en un safari por el Parque Nacional del Lago Manyara
Al entrar en el Parque Nacional nos encontramos con una auténtica selva porque, acostumbrados a las grandes extensiones de Tanzania, este paisaje choca un poco en cuanto al contraste. Pero el hecho de que sea un paisaje distinto también hace que los animales que te encuentras haciendo safari puedan ser distintos. De hecho, nos explican que es el único lugar de Tanzania donde se pueden encontrar los… ¡leones trepadores! ¿Sabíais que debido a la humedad del suelo estos felinos han aprendido a trepar y ahora descansan sobre las ramas de los árboles? Claramente, este se convierte en uno de los objetivos a localizar en el safari de hoy, pero sin duda, ¡también nos morimos de ganas de ver al hipopótamo!
¡Y no tardamos en hacerlo! Después de encontrar una manada de elefantes por el camino, entramos con el 4×4 en una charca repleta de hipopótamos. Estaban muy activos por lo que tuvimos la suerte de verlos desde muy cerca y con mucho movimiento, ya que hay veces que por el calor se quedan sumergidos casi por completo sin moverse. Eso sí, con los hipopótamos siempre hay que tener cuidado ya que es el animal más agresivo de África y el que tiene en su haber más muertes humanas. Pero dentro del coche no hay problema y lo único importante es disfrutar de este espectáculo de la naturaleza: ver cómo se comunican o incluso cómo se enfrentan es realmente increíble.
El safari por el Lago Manyara de Tanzania fue muy bonito, pudimos disfrutar de la presencia de varios animales y tuvimos la suerte de hacer un picnic con unas vistas impresionantes al lago. Y sí, ¡esta vez fuera del coche!
De paseo por Karatu, una ciudad auténtica
Después de comer pusimos rumbo a Karatu, una pequeña ciudad que se encuentra entre los Parques del Lago Manyara y el Ngorongoro. No todo en Tanzania es naturaleza y animales; sus gentes son realmente especiales y, aunque no dejan de sorprenderse al ver a los blancos paseando tranquilamente por su ciudad, siempre nos regalaban una sonrisa. Nosotros tuvimos la gran suerte de vivirlo de primera mano gracias a nuestro guía, que nos acompañó en un paseo por las zonas más desconocidas de la ciudad. El poder compartir con los locales parte de su vida cotidiana, pasear por el mercado e interaccionar con la gente o tomarnos una cerveza en un “bar” local fue una auténtica experiencia. Mi novia, incluso, se hizo una bufanda con tela masái en una tiendecita local. ¡Eso sí que es un souvenir!
Para acabar el día y ya pensando en poner rumbo al hotel, nuestro guía nos sorprendió cuando nos invitó a coger un mototaxi local para volver al lugar donde habíamos aparcado nuestro 4×4. ¡Fue increíble ver la vida nocturna de la ciudad a lomos de una pequeña moto!
Dónde dormir en Karatu
El hotel que nos espera es el Ngorongoro Farm House, un hotel a las afueras de Karatu muy bonito. Se caracteriza por tener cabañas realmente grandes. De hecho, cuando llegamos a la nuestra… ¡no dábamos crédito de la amplitud de la habitación! El hotel tiene un servicio muy cercano y la cena está muy bien así que, después de un día muy movidito, nos acostamos pronto porque al día siguiente poníamos rumbo a lo que, para mí, es la joya de la corona de este viaje: el Parque Nacional del Serengeti.
Te recuerdo que puedes leer la primera parte de mi viaje a Tanzania en la que visité la Reserva Privada de Sinya e hice un trekking por el Kilimanjaro. Y tú, ¿qué Parque Nacional elegirías para empezar tu safari en Tanzania? ¡Cuéntame!
Un viaje de los que marca tu vida para siempre!
¡Eso seguro, Marcos! 🙂