En Vietnam abunda un olor embriagador a especias y picante por todas y cada una de sus calles. Pho recién hecho, arroz cocido, carne humeante y sus maravillosos noodles. Sin duda, este rincón del Sudeste Asiático es todo un paraíso gastronómico. Resulta muy difícil -por no decir casi imposible- hablar de este país sin hacer hincapié en su comida, así que… ¿te atreves a viajar a Vietnam y dejarte sorprender por la explosión de sabores de sus platos?

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Hanoi, capital geográfica y gastronómica

La primera parada obligatoria en un viaje gastronómico por Vietnam es la capital, Hanoi. El plato estrella de Vietnam es el Pho, una sopa de fideos de arroz acompañada de carne -o pescado- y verduras. ¡Lo podrás encontrar donde quiera que vayas! Pero toma nota porque uno de los platos más típicos -y deliciosos- de Hanoi es el Bun Cha, similar al Pho, pero con albóndigas de carne a la brasa y arroz.

Dicen que la gastronomía también habla de la historia y la cultura de cada lugar, por eso, antes de nada, hay que conocer un poco la capital. Hanoi es el hogar de la primera universidad de Vietnam -el Templo de la Literatura- y del Lago Hoan Kiem, un rincón donde desconectar del ruido de la ciudad y pasear tranquilamente admirando su famoso puente rojo y su pagoda del islote central. En tu visita a Hanoi es imprescindible callejear por Old Quarter, un ambiente completamente opuesto al de Hoan Kiem, donde el caos de las motos y las bicicletas se entremezclan con los vendedores ambulantes. Aquí se encuentran los mejores restaurantes y cafeterías de la ciudad. No lo dudes y ¡arrasa con todos los platos que encuentres en los puestos callejeros! ¡La mejor forma de conocer lugares nuevos es a través del paladar!

Estos puestos los encontrarás tanto en la calle como en los mercados, e incluso en la entrada de muchas casas, regentados por sus familias. ¡Todo un festival de colores, sabores y olores! Desde el típico Pho, hasta Chao, hecho a base de arroz y que se suele tomar para desayunar. Es denso y muy nutritivo. Para merendar lo mejor es probar el Bang My Pate, un bocadillo de cerdo, pepinillos, grasa y piel de cerdo. Y como buen país asiático, no pueden faltar las delicias de Té de miel y limón y el increíble café vietnamita, de intenso olor y sabor. ¿Su truco? Echarle un chorrito de leche condensada y… ¡a disfrutar!

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Naturaleza en estado puro y una arquitectura inimitable

La Bahía de Halong es la joya de la corona en todo viaje a Vietnam. Un paraíso de aguas cristalinas del que emergen islas de infinitas formas con selvas tropicales en la cima. Este edén ofrece miles de posibilidades que van desde el submarinismo hasta la escalada. Navegar en los barcos típicos de la zona, conocidos como “juncos”, entre sus islotes admirando la belleza y la magia de las vistas es como estar en un escenario de una película. Además, todo viajero gourmet puede disfrutar de una demostración de cocina vietnamita en directo: marisco, pescado, Pho recién hecho… ¡Para chuparse los dedos! ¡Tú solo preocúpate de disfrutar!

Hue, ciudad imperial de Vietnam, es el hogar de templos, puertas, palacios, tumbas imperiales, y ¡mucho más! La Ciudadela imperial de Hue y la Ciudad Púrpura o Prohibida son una maravilla esculpida en piedra, ladrillos y madera. Pasear por los 10 km2 de la Ciudadela es sumergirse en la historia de sus paredes, puertas, arcos y colores. ¡Hora de comer! No puedes irte de Hue sin probar su plato estrella, el Bun Bo Hue, una sopa picante con fideos de arroz y pierna de cerdo o ternera. ¡Un plato digno de un emperador!

Sentir el viento mientras navegas por el río Perfume y llegar hasta la Pagoda de Thien Mu o Dama Celestial, uno de los símbolos de la ciudad, es una sensación indescriptible. ¡Disfrutar de la gama de colores naranjas y rojizos del atardecer vietnamita se te quedará grabado en la retina para siempre! Al desembarcar encontrarás varios restaurantes enormes donde probar los mejores platos vietnamitas. ¿Preparado para sorprender a tu paladar?

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Un viaje a la ciudad de las luces vietnamita

Hoi an es el diamante en bruto de Vietnam, una ciudad costera y una de las más hermosas del país. Su plato fuerte es el Casco Antiguo. Las luces de los miles de farolillos que iluminan la ciudad, su mercado central, sus olores, colores, el bullicio de la gente y el templo de Quang Cong son algunos de los tesoros de esta ciudad. A lo largo de sus calles encontrarás construcciones de arquitectura colonial y tradicional. Y, si buscas bien, podrás degustar su plato típico, el Cau Lao, una sopa de fideos con carne de cerdo aliñada con hierbas y lima. ¡Un viaje para el paladar!

El mercado nocturno de Hoi an es otro imprescindible. Allí disfrutarás de luces de colores, música en directo y del más puro ambiente vietnamita. Hoi an tiene una gran reputación en sus pescados y mariscos, así como en sus productos de la huerta. La comida más tradicional la encontrarás en sus puestos callejeros y en el mercado nocturno. La boca se te hará agua con el Cau Lao y las Rosas Blancas, flores de harina de arroz rellenas de gambas. ¡Una delicia!

Historia a flor de piel en Ho chi Minh

El mercado Ben Thanh de Ho chi Minh -Saigón– es un buen sitio para comer o desayunar. Aquí podrás disfrutar de la ciudad a través de sus sabores y texturas más típicos probando el Bánh mì, una baguette cortada por la mitad y rellena de cerdo, piel de cerdo curado rallado, paté, rábano vietnamita, pepinillos, zanahoria, cilantro, y por último, pero no menos importante, una cucharada de chiles frescos.

Si quieres empaparte de la historia de Vietnam debes visitar el Museo de los Vestigios de la Guerra de Vietnam y el Palacio de la Reunificación. Pero debes entrar preparado mentalmente, ya que es una visita impactante. Ho Chi Minh tiene una Basílica de Notre Dame propia. ¡Y de cierta similitud a la de París! La Iglesia de Ta Dinh es de un color muy peculiar: rosa. ¡Te dejará impactado cuanto menos!

Paraíso sobre el agua: Delta del Mekong

Es hora del postre tan esperado que, por supuesto y para no perder la costumbre, hay que compartir, el Delta del Mekong. Un laberinto de ríos rodeados de pagodas y mercados flotantes, en los que podrás degustar las frutas, verduras y arroz más frescos de Vietnam. La pagoda de Vinh Tranh es un espectáculo de colores y formas, construida en medio de un paraíso de vegetación que desde luego ¡no te dejará indiferente!

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Viajar a Vietnam es trasladarte a un universo lleno de colores y de una belleza exótica. Es empaparte de una cultura única, degustar su deliciosa y singular gastronomía, admirar sus paisajes de ensueño, sus playas paradisíacas de arena blanca, sus mercados flotantes, sus pagodas, los arrozales de eternos campos verdes, sus cuevas y bahías y el increíble delta del Mekong. ¿Te animas a vivir en primera persona toda una experiencia y a catar todos y cada uno de sus platos típicos?

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