Si algo queda muy madrileño es decir que “prefieres las fiestas de Las Palomas a las de San Isidro porque están menos masificadas”. Esta expresión tan castiza que nos ha perseguido durante los últimos 15 años se debe a una fobia que surge en Madrid a las hordas de gente que nos provoca los espacios abiertos (algo muy cotidiano viviendo en un espacio de más de 3 millones de habitantes) pero que, curiosamente, no ocurre tanto con los cerrados.

Y puede que tenga razón. Sin embargo, quiero que busques el chulapo/a que llevas dentro y te sumerjas en una de las fiestas más importantes de España (ya está, ya lo he dicho) de las que nadie habla pero que casualmente todo el mundo conoce. Porque el blanco, el rojo, los lunares, los chalecos, los claveles y las boinas serán parte de tu paisaje. Aquí (en Madrid) desde la asociación más castiza hasta las instituciones públicas trabajaran para convertir San Isidro en un parte más de nuestra personalidad.

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De San Isidro se relata que hizo muchos milagros (se cuentan más de 400), que fue un humilde labrador de las tierras de la familia Vargas (casi todo lo que hoy conocemos por el barrio de La Latina) y de sus aguas curativas.  Su transformación de simple Labrador a Patrón de una ciudad tan importante como Madrid se debe, principalmente, a nuestra costumbre occidental de alabar a los héroes anónimos.

Su magia perduró por muchos años y sus milagros póstumos le llevaron a nivel de Santo. Para la mayoría de la población del Siglo 21 todo se podría quedar en los libros de historias, leyendas y curiosidades pero no es así… En pleno ‘década del 10’ podemos comprobar que en su nombre se ha efectuado uno de los milagros más importantes de nuestra época, obtener ‘la reconciliación social de los habitantes de una ciudad’

Durante casi cinco días prepárate a colgar tus barbas, las gafas de Laura Palmer, tu bicicleta retro o esconder tus tatuajes para convertirte en un buceador nato de las más de 400 propuestas que tiene Madrid para todo el mundo (aquí todos tendremos nuestros espacio).

Por ejemplo: si tu área de confort no quiere verse alterado estas serán las fiestas de tu vida. Los más jóvenes disfrutarán de la música más actual con la apuesta de Universimad, el domingo 15 de mayo en la complutense ; los treintañeros disfrazados de post-adolescentes podrán saltar con las bandas más nostálgicas en los escenarios de la Pradera de San Isidro, Las Vistillas y la Plaza de la Paja ; los curiosos por nuevas iniciativas podrán verse reflejados en los (pocos) locales de conciertos de la ciudad y el Matadero dará relevancia al baile del swing en una jornada de 12:00 a 23:30 enfocada en esta corriente artística que tendrá muchas sorpresas.

Por otra parte, San Isidro también pretende descubrir o innovar, si no te ánimo a que te des una vuelta por la plaza del Museo Reina Sofía, tanto el domingo como el lunes, para empaparte de las más de diez propuestas musicales que inundarán las calles y plazas de toda la ciudad.

Madrid se hace de día, el cielo se ilumina y celebra su más deseado “no-verdadero-verano”,  Una combinaciónde temperatura ideal y apoyo local (muy pocos han huido… aún) que se refleja en la participación ciudadana.

Una ciudad que vuelve a darle una época dorada a esta fiesta que permaneció en un segundo plano en los años 90 (¿será por la ley antibotellón y la prohibición de fumar?).  Esos días somos más madrileños que nunca y no es por sentirte con prisa todo el día o por tu escaso tiempo. El gato que reside en ti sale a la luz con mucho orgullo (mirad la gente que sonríe al caminar por estas fechas) porque nuestra comunidad por muy grande que sea ¡Esta muy viva!

Es el momento perfecto para comerte partes de un animal que prefieres no saber, caminar con tus amigos de toda la vida para perderte con otros que acabas de conocer, codearte con la vieja escuela, escuchar canciones nostálgicas, pasear con la familia, hacer un botellón,  volver a emborracharte en la calles, descubrir que el Chotis no es eltípico baile liderado por el hombre, merendar rosquillas, parar al barquillero, sentir la ciudad más pequeña de lo que es y, como de un recuerdo se tratase, sentirte en las famosas fiestas del pueblo de tus abuelos.

Porque serán masificadas, clásicas o modernas, simples o complejas pero no te morirás de calor como las Fiestas de La Paloma. Ahí queda dicho eso.

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