Ponte a prueba y juega a ubicar Armenia en un mapa mudo. Si aún recuerdas aquellas clases de Geografía en las que aprendiste los nombres de los ríos y montañas, pasas a la siguiente fase. Si no, te daremos una pista: este país se encuentra en una región del este de Europa donde la historia continúa viva y ha sido protagonista de cruce de culturas a lo largo de los siglos. ¿Ha habido suerte ahora? Con esta ‘ayuda’, seguro que has afinado el tiro y has puesto tus miras en la zona que bañan el mar Negro y el mar Caspio. ¡Premio! Armenia hace frontera con Georgia, Turquía, Azerbaiyán e Irán, un conjunto de naciones donde el paso del tiempo ha dejado su huella en forma de obras de arte y arquitectura.

Un viaje a Armenia es una experiencia mágica por dos motivos principales. El primero de ellos es la originalidad de desplazarse hasta un país que, a pesar de la gran cantidad de atractivos que acumula, no ‘sufre’ la acumulación de turistas de otros destinos como Francia o Italia. Para descubrir la segunda de las razones, tendrá que poner rumbo hasta sus fronteras y conocer en primera persona todos esos encantos que hacen del territorio armenio un paraje tan singular.

Ereván - Armenia

Ereván, capital del país, aún mantiene un buen número de los vestigios que la Unión Soviética sembró entre sus calles. Sin embargo, a pesar de esta influencia, en su mapa también se respira un fuerte vínculo con Oriente que se deja notar –por ejemplo– en algunos de sus platos. El resultado fruto de esta ‘mezcolanza’ cultural se aprecia a la perfección en la visita al Museo de Historia de Armenia, uno de los lugares que no pueden faltar en la ruta por el país y que además comparte edificio con la selección de obras de arte que acoge la Galería Nacional.

Otro de los museos de visita ‘obligada’ en Ereván es el dedicado al genocidio armenio. La deportación y el exterminio de civiles realizado entre 1915 y 1923 por el Imperio otomano es el hilo conductor de las fotografías y documentos que se exponen en su interior. La Primera Guerra Mundial puso sobre la mesa a los Jóvenes Turcos –nombre del partido nacionalista por entonces en el poder– siendo el ministro del Interior Talaat Pasha o la cartera de Asuntos Militares que ocupaba Enver Pasha algunos de los orquestadores del genocidio que mató a 1,5 millones de personas –según cálculos ofrecidos por el propio museo–.

memorial-de-Tsitsernakaberd-Ereván-Armenia

El exterminio armenio forma parte de la historia más triste del país, que no ha querido olvidar su pasado y rinde homenaje a las víctimas en múltiples monumentos. Otro de ellos es el memorial de Tsitsernakaberd, también en Ereván, situado en una colina al oeste del río Hrazdan. Su nombre se traduce como ‘fortaleza de las pequeñas golondrinas’, un significado de lo más poético para todas aquellas almas perdidas a principios del siglo XX. El recuerdo de las víctimas se realiza en tres siluetas diferentes: una ‘aguja’ de 44 metros que intenta alcanzar el cielo, una docena de losas de basalto en representación de las doce provincias perdidas en Turquía y un muro de cien metros con los nombres de las ciudades donde se efectuaron las masacres.

Los turistas que viajan a Armenia suelen disfrutar las vistas que ofrece la subida al extinto volcán Aragats, punto más alto del país que además es uno de los símbolos de la nación. Tampoco falta la visita al Parque del Alfabeto donde 39 esculturas de letras armenias le darán la bienvenida a Arshavan –localidad situada en la falda norte del monte Aragats–; a sus tradicionales mercados de frutas y fábricas de alfombras; a la cueva natural de Lastiver o a las bodegas que firman la personalidad de los vinos típicos de tan ricas y fértiles tierras. Armenia es uno de los principales productores vinícolas del Cáucaso.

Montaña Aragats 

Montaña Aragats

El primer país cristiano de la historia

Armenia fue el primer país en adoptar el cristianismo como religión. Lo hizo en el año 301 y, desde entonces, los templos dedicados a la iglesia apostólica han ido sucediéndose en sus calles. Actualmente, una de las construcciones con más renombre es la Iglesia Etchmiadzin, muestra de la arquitectura armenia típica que supo sobrevivir ante la influencia de las construcciones propias de la época soviética. Su rasgo más característico son los altos arcos entre los que se puede transitar por debajo de una de sus cúpulas.

La tradición cristiana de Armenia se deja ver en otros enclaves. Uno de los más famosos es el monasterio de Geghardavank, donde supuestamente Judas Tadeo llevó la lanza que hirió a Cristo mientras era crucificado –el nombre de Geghardavank se traduce como ‘monasterio de la lanza’– y que actualmente es uno de los templos de peregrinación de los fieles devotos. Este edificio del siglo XIII es una joya arquitectónica situada en la provincia de Kotayk que en el año 2000 fue incluida en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.

Monasterio de Geghardavank

Monasterio de Geghardavank

 

Y si el Geghardavank es un hito clave en el país, no se queda atrás Khor Virap. Levantado sobre una colina con vistas al sagrado monte que marca la frontera entre Turquía y Armenia –el anteriormente mencionado Aragats–, este monasterio ofrece una potencia visual fortísima al contrastar sus ladrillos anaranjados con el verde paraje de su entorno y las cumbres nevadas del volcán apagado.

El de Garni también forma parte de la preciosa lista de templos que se pueden disfrutar en Armenia. En este caso, la influencia de su arquitectura no es cristiana, sino griega, esencia fácilmente palpable al vislumbrar su estructura de columnas techadas en pico muy similar al Partenón heleno. Sus piedras, levantadas en el siglo I d.C., quedaron esparcidas por el suelo después del terremoto que sufrió la provincia de Kotayk donde está situado.Afortunadamente, la mayoría de ellas soportaron el paso del tiempo y el templo pudo ser reconstruido en la década de los 70.

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