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Ay, queridos viajes. Cuánto os echo de menos, mis más fieles compañeros de vida. Nuestra relación era estable, fiel y -como pocas- duradera. Pero llegó ella y nos separó. Hay terceros que duelen y otros que te quitan vida. La pandemia nos ha llevado a lidiar con nuestro romance a distancia; a vivir en el mapamundi de nuestras casas.

Y ha sido ahí, entre cuatro paredes, donde me he dado cuenta de que os necesito más de lo que imaginaba. Aún recuerdo las noches infinitas en las que me sacabais a bailar al ritmo de la aurora boreal o cuando, para demostrarme que todavía quedaba mucho por ver, me llevasteis a Santo Tomé y Príncipe. Ese diminuto país perdido en el Golfo de Guinea fue como volver al origen. Volver a reconectar con el mundo. Como queremos volver a hacer ahora. Y es que viajar es una necesidad vital.

Vosotros bien sabéis que nunca me he considerado un turista, porque nunca me ha interesado hacer turismo. Para mí, lo importante es dejar algo de mí en cada destino y que seáis vosotros, mis queridos viajes, quienes llenéis el baúl de mis recuerdos y experiencias. Porque los dos sabemos que lo nuestro fue un flechazo desde el primer viaje.

Gracias a vosotros he descubierto que como mejor se conoce a la gente es viajando. ¡Y si no que se lo digan a los novios en su luna de miel! Me habéis demostrado que las amistades se estrechan a kilómetros de casa y que las familias se unen aún más cuando preparan la maleta. Y que no hay mejor sensación que la de viajar solo y sentirse el rey del mundo en una calle atestada de gente en un país perdido.

Por eso, quiero daros las gracias. Gracias por tanto aprendizaje, por tantas aventuras y, sobre todo, por haberme ayudado a ver el mundo con otros ojos. Pero tengo una buena noticia y es que, por fin, después de esta larga espera, nos volveremos a ver. Mi pasaporte volverá a llenarse de sellos y mi mochila de experiencias vividas. Ya hay muchos destinos con las puertas abiertas y yo no quiero -ni puedo- esperar más para volver a vernos. Tanzania, ¡ya voy a por ti!

Queridos viajes, sois mis mejores amigos, os quiero y siempre os voy a querer.

Un fuerte abrazo y ¡una postal!

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