Por todos es sabido que el norte de España es sinónimo de mar, montaña y conjuntos históricos, con paisajes espectaculares a cada paso, verdes valles y caudalosos ríos, pero lo que también debes saber es que además alberga una inmensa cantidad de rincones y ciudades de gran belleza. Vamos a indagar y conocer algo más sobre el País Vasco, sus capitales de provincia, y pueblos costeros.

Éstos son los 7 lugares imprescindibles que debes visitar si vas al País Vasco:

Vitoria

Capital del sur del País Vasco, la “Nueva Victoria” fundada por Sancho VI de Navarra en 1181. Destaca la plaza de la Virgen Blanca con el monumento a la Batalla de Vitoria, que conmemora la victoria de las tropas aliadas sobre los franceses en 1813. Lo más llamativo de la plaza es el símbolo vegetal con el nombre de VITORIA-GASTEIZ que todo visitante inmortaliza y que reconoce a Vitoria como la “capital verde europea” años atrás. En el centro del conjunto amurallado de Vitoria, se encuentra la Catedral de Santa María, de estilo gótico, destaca el pórtico sur y en él, la portada central con la imagen de la virgen. El trazado de la catedral sirvió como inspiración para la obra del archiconocido escritor británico Ken Follet, cuya escultura (la única del mundo que se ha realizado en su nombre) se encuentra junto a la catedral, sin duda un rinconcito que no debes perderte en tu visita a Vitoria, te proponemos el reto de encontrarla entre las muchas esculturas que salpican las calles de la ciudad.

Escultura-Ken-Follet-Vitoria

Bilbao

Es exponente de la transformación industrial del norte de España, pero ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos y mezclar arquitectura, escultura, y pintxos, muchos pintxos en su casco viejo. Es una de esas ciudades que te impactan dado el cambio que ha sufrido para bien en las últimas décadas. No sólo del Guggenheim vive la ciudad, que, por cierto, su interior es tanto o más fascinante que su exterior, exposiciones temporales como la de Andy Warhol, le dan un aire más internacional de lo que ya tiene por sí misma. Lo que más llama la atención, y no debes perderte, son los paseos de la ría, desde el estadio San Mamés hasta El Guggenheim y si es por la noche mejor, la ciudad adopta un cromatismo especial, tanto la ría como la luz que desprende harán que te enamores de esta ciudad.

Guggenheim-Bilbao

Getxo

Una vez en Bilbao, la primera y obligada visita es Getxo, para conocer (subir y vivir la experiencia de cruzarlo en coche) el puente Colgante de Bizkaia, obra maestra del hierro del s. XIX declarado Patrimonio de la Humanidad, una impresionante obra de ingeniería de 61 metros de alto que pretendía unir las dos orillas de la desembocadura del Nervión sin entorpecer la navegación. El puente Bizkaia tiene el honor de ser el primer puente transbordador construido en el mundo de estructura metálica. Tras muchos vaivenes y con inversión privada de empresarios vascos pudo iniciarse la construcción cuya inauguración se produjo en 1893. Se unían por tanto las dos orillas, la de Portugalete y Las Arenas, barrio obrero y barrio burgúes, con impresionantes villas en sus márgenes. Subir a lo más alto del puente, pisar la nueva pasarela-museo que comunica ambas orillas y disfrutar de sus vistas a un lado y otro de la ría es una experiencia única que tienes sentir.

Getxo-Bilbao

Zarauz

Es la siguiente parada en nuestra ruta por el norte para descubrir la Costa Vasca, es uno de tantos pueblecitos encaramados al mar de la costa guipuzcoana, conocido mundialmente gracias a Arguiñano. Es uno de esos lugares de la costa vasca que aúnan verdes valles a muy pocos metros de la playa. Disfrutar de un café mientras las olas rompen en el paseo es un momento especial.

San Sebastián

El París del norte. Bella donde las haya, es una ciudad que con sus 180.000 habitantes abraza al visitante como la concha abraza al mar, ése es su principal atractivo, la playa de la Concha, una de las playas más bonitas del mundo. En sus blancas barandillas se han fotografiado ilustres personajes y actores que desfilan por el Festival de Cine de San Sebastián que anualmente da a conocer la ciudad al mundo. Disfrutarás de largos paseos por la concha, terminando siempre callejeando por el casco viejo para terminar tomando un txakoli y un delicioso pintxo, eso sí, elige bien porque no podrás con todos!. Por la noche no dejes de visitar el puente de Maria Cristina junto al hotel donde se alojan las estrellas del festvial de cine, el puente de Zurriola con sus famosas farolas de estilo Art Decó y el Kursaal iluminado, sin duda uno de los atractivos de la ciudad.

Monte Igueldo

Mención especial merece este magnífico lugar, desde sus terrazas se puede fotografiar hasta la saciedad toda la playa de la Concha, ¡tu cámara echará humo! Pero lo que a lo mejor no sabes que en lo más alto se encuentra el parque de atracciones del Monte Igueldo, sí has oído bien, puedes subirte a la montaña rusa divisando la playa de Concha, y disfrutando de un lugar mágico con unas vistas impresionantes, más no se puede pedir. Inaugurado en 1911, el parque aúna tradición y modernidad, instalaciones divertidas para pasar un buen rato. Si no te atreves a subir con el coche, puedes tomar el funicular que une la parte baja con el parque.

Monte-Igueldo

Hondarribia

O Fuenterrabía en euskera. Terminando nuestra ruta por la costa del pais Vasco llegamos a Hondarribia uno de los pueblos más bonitos de España. El río Bidasoa nos da la bienvenida y nos recuerda que al otro lado se encuentran nuestros vecinos franceses. Lo primero que veremos es el cinturón amurallado que protegia la ciudad desde la Alta Edad Media hasta practicamente finales del s. XVIII, sin duda un conjunto fortificado de grandes dimensiones, con altos y gruesos muros que dan a la ciudad ese toque depueblo con “encanto“.  Para descubrirlo hay que atravesar sus murallones por la primitiva puerta de Santa María, la entrada natural al pueblo que recibe a los visitantes y los conduce hasta la principal y “florida” y fotografiada Plaza de Armas. Cuyo principal edificio es el Castillo de Carlos V, actualmente Parador de Turismo. Nuestra recomendación si no estás alojado en el parador es entrar para tomar un café y de paso, echar un vistazo a su imponente estructura.  Continuando la visita tomaremos la calle San Pedro para llegar al colorido barrio de los Pescadores, que aún sigue manteniendo el encanto del típico barrio donde se reunían y reúnen los pescadores que salen a faenar, uno de esos lugares mágicos que te trasladan a la época en la que la maquinaria y la industrialización quedaba al margen de todo, donde se cuentan chascarrillos y la dura vida del mar.

 

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