Viajar es ir acercándote a ti mismo, a tu esencia. De cada lugar algo se va contigo, algo con lo que te sientes identificado y que de alguna manera te pertenece. Aprendes, entiendes, comparas y respetas…

Cuando voy a cualquier parte del País Vasco, algo en mí se mueve; ya no sé si es por tantos años de caminarlo y vivirlo, o si realmente hay algo allí que al respirarlo tiene efecto sanador. Como buen sentimiento inexplicable, solo hay que ir allí para entenderlo.

Llevo viajando a Guipúzcoa desde muy pequeña. Tuvimos la suerte de que un familiar se trasladara allí muy joven para hacer realidad un sueño: abrir su agroturismo, “Nekazalturismoa” en euskera. Arrieta Haundi es una preciosa y acogedora casa rural en lo más alto de uno de los montes de Zegama. Un kilómetro y medio de subida la separan del pueblo para alojarte entre las nubes, los prados verdes y la belleza de la montaña. Allí arriba todo se ve quizá, un poco diferente. Se respira diferente. La atención al cliente es cercana y cálida, Maria Luisa y Agustín te reciben como si fuera tu casa, si lo necesitas te recomiendan qué hacer, dónde comer o las mejores rutas de senderismo de la zona.

De ambiente hogareño, acoge cada año además a muchos participantes y organizadores de la famosa maratón internacional de Zegama-Aizkorri: la maratón de montaña por excelencia. Un día al año todas las miradas se concentran en esta pequeña población vasca, una leyenda en el calendario de las Skyrunner® World Series desde el 2004.

San-Sebastián

A solo 55 Km está San Sebastián. Un París en pequeño, ciudad bella, majestuosa, elegante y sofisticada, clásica y a la vez moderna, conocida por su famosa bahía circular, la playa de ciudad más bonita de Europa: La Concha cuyo paseo posee una famosa también, barandilla blanca que se ha convertido en el símbolo de la ciudad.

La gastronomía de esta ciudad tiene un peso importante ya que posee 15 Estrellas Michelín repartidas en 7 restaurantes. Pero por lo que sin duda es conocida es por sus famosos pinchos. La “parte vieja”, entre el Monte Urgull y la desembocadura del río Urumea, con la mayor concentración de bares del mundo, se encarga una vez que te adentras en ella, de llevarte de bar en bar, de pintxo en pintxo y de txacolí en txacolí. Sus calles acogedoras y bellas, totalmente animadas en cualquier época del año, el trato de sus gentes realmente excepcional y atento, hacen que elijas la ruta que elijas aciertes y acabes enamorado de esta ciudad y ¿lo mejor? con ganas de volver. Pangea, pone de tu mano una ruta guiada de pintxos para que de la mano de nuestros guías de confianza, y en pequeños grupos de ocho personas, además de que goce el paladar, lo hagan tus oídos ya que la ruta va acompañada de explicaciones, historia y anécdotas que enriquecen la experiencia en su totalidad.

Famosa también por acoger año tras año el Festival Internacional de Cine de San Sebastián, termina por ser una ciudad además de todo lo ya mencionado, glamurosa donde las haya. De la mano de Pangea, puedes disfrutar también de la Ruta San Sebastián de Cine.

playa-de-la-concha

Comienza en el Ayuntamiento, antiguo Casino y sede de numerosos eventos del Festival. Frente a la playa de la Concha, por la que han paseado actores como Kirk Douglas, Gregory Peck, Glenn Ford, Harrison Ford, Paco Rabal o Antonio Banderas, contemplarás la Catedral del Buen Pastor, la Plaza de Gipuzkoa, la más parisina de la ciudad. La plaza Oquendo, donde están ubicados dos bellos edificios representativos del Festival de Cine, el Hotel Maria Cristina, alojamiento de las estrellas desde el inicio del certamen en 1953, y el Teatro Victoria Eugenia, testigo de estrenos cinematográficos a nivel mundial como “Vértigo” o “Con la muerte en los talones” de Alfred Hitchcock y escenario del reconocimiento a la gran Bette Davis, que dio origen a la llamada “maldición del Premio Donostia”.

La ruta descansa en el longevo bar Oquendo, el restaurante de las estrellas, donde han probado los platos vascos Ava Gadner, Conchita Velasco, Cantinflas o Liz Taylor, cuyas bohemias paredes están repletas de imágenes y recuerdos del séptimo arte. Cruzando el río Urumea, se llega al moderno Palacio de Congresos Kursaal del arquitecto Rafael Moneo, marco actual de las galas y pases de películas del Festival. Finaliza en el Boulevard y la Parte Vieja, con edificios históricos como la Basílica de Santa María del Coro, en cuyo pórtico se dejó retratar Hitchcock.

Una verdadera ciudad de cine.

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