Receta viajera de Andorra: escarola con mollejas de pato confitadas y setas

La gastronomía de Andorra es uno de los grandes desconocidos, pero no por eso deja de merecerse una mención más que especial dentro de todo lo que hay que disfrutar en el País de los Pirineos. Basada en los sabores de la cocina de montaña y en los productos locales también ha sabido adaptarse a la influencias gastronómicas de los países vecinos. Para adentrarnos un poco más en la cultura de Andorra, vamos a compartir una receta que incluye tres ingredientes básicos -las setas, la escarola y las mollejas de pato- que son un ejemplo de la evolución gastronómica de Andorra. Escarola con mollejas de pato confitadas y setas: un viaje a la Andorra más desconocida a través del paladar.

Ingredientes para hacer escarola con mollejas de pato confitadas y setas

– Una mata de escarola
– Entre 10 y 15 mollejas confitadas
– Setas salteadas
– Aceitunas
– 3 tomates
– 3 ajetes
– Sal
– Pimienta

Receta paso a paso

1. Antes de empezar con la preparación, hay que dejar la escarola a remojo unas horas.
2. Por otro lado, hay que preparar las mollejas de pato: limpiarlas bien y macerarlas en sal (30g por cada kilo). Dejarlas macerando durante un día.
3. Una vez pasado este tiempo, escurrir bien la escarola y prepararla para servir.
4. Por otro lado, ya al día siguiente, coger las mollejas de pato confitadas y escurrirlas muy bien.
5. Cocer las mollejas durante 2 o 3 horas, a fuego lento y con la misma grasa del pato, unas hojas de laurel y ajos. Cuando estén blandas retirar del fuego.
6. Dejar las mollejas en una olla y cubrirlas con el jugo de freír.
7. Cortar las mollejas en trozos pequeños y, antes de que se enfríen, ponerlas encima de la escarola, que previamente habrá estado a remojo durante unas horas.
8. Añadir las setas, el tomate, las aceitunas y los ajetes.
9. Por último, salpimentar el plato y ya estará listo para degustar.

Como veréis es una receta fácil y realmente deliciosa que os animamos a que probéis en casa o… ¡en el próximo viaje a Andorra! Porque quizás ha llegado el momento de descubrir esa Andorra que hay más allá de las pistas de esquí, esa Andorra verde y natural que esconde rincones perfectos para las almas aventureras y que revela paisajes de ensueño entre lagos y montañas. Viajar a Andorra en verano es redescubrir el País de los Pirineos que se esconde bajo el manto de nieve impoluto en invierno. ¡Hazlo realidad!