La mejor forma de comenzar conociendo una ciudad es siempre a través de su historia. La de Bangkok se remonta a 1782, cuando el rey Rama I trasladó la capital de Siam y ordenó la construcción del Gran Palacio Real de Bangkok para conmemorar su fundación. Desde entonces, la ciudad se ha ido transformando en lo que hoy se conoce como Bangkok y ha permitido que se levanten en ella algunos de los templos más importantes del país, que han terminado convirtiéndose en su principal atractivo, a mis ojos y a los de cualquiera. ¿Te vienes de viaje a Bangkok?
Wat Phra Kaew
El Gran Palacio Real, como es conocido popularmente, es el lugar más espectacular de toda la ciudad y, por supuesto, una visita obligada. Este conjunto arquitectónico que se levanta cada mañana arropado por el río Chao Phraya, está compuesto por una gran variedad de edificios, que sirvieron como residencia oficial del rey de Tailandia desde el siglo XVIII, hasta mediados del siglo XX. La construcción más importante y llamativa de este complejo es, sin lugar a duda, el templo Wat Phra Kaew, en cuyo interior se encuentra el Buda Esmeralda: una figura de una sola pieza tallada en jade, que a pesar de sus escasos 45 centímetros de altura, ¡ha llegado a convertirse en el más venerado de toda Tailandia!
Wat Pho
A pocos metros de este lugar de ensueño, se sitúa Wat Pho, ¡uno de los templos más grandes y antiguos de la ciudad! En su interior alberga la estatua del Buda Reclinado de mayores dimensiones del país, ¡con 43 metros de largo y 15 de alto! Y si esto aún no ha conseguido sorprenderte, prepárate para verla en persona ¡completamente recubierta de pan de oro! En este recinto también se encuentra la Escuela de Medicina Tradicional más antigua y prestigiosa de Tailandia, ¡el mejor rincón del mundo para disfrutar de un auténtico masaje tailandés! Y si no, que me lo digan a mí…
Wat Arun
Situado frente a éste y al otro lado del río, luce uno de los símbolos más emblemáticos y fotografiados de la ciudad, el Wat Arun o templo del Amanecer, construido cuando Ayutthaya era aun capital de Tailandia. De él destaca su torre central o prang de estilo Khmer, cuidadosamente decorada con azulejos de cerámica y piezas de porcelana. Aunque si os soy sincero, para mí sus reflejos azulados no son nada comparados con esos 80 metros de altura, que regalan a la vista una panorámica de la ciudad digna de la gran pantalla. Y si esto te sabe a poco, imagínate disfrutar de ellas al atardecer, degustando la gastronomía local o a través de un crucero por el río, ¡a bordo de una antigua barcaza de arroz!
Wat Suthat
Alejado de la palabra “turismo”, mucho menos explorado que los anteriores y amparado bajo la etiqueta de Templo Real, existe un santuario llamado Wat Suthat, en cuyo interior reposa un Buda en bronce de 8 metros de altura y 156 imágenes que recorren los pórticos laterales, envolviendo sus paredes en una densa nube de misterio. Si tu sentido de la orientación no está muy bien desarrollado, ¡que no cunda el pánico! Este templo es fácil de divisar en la distancia, gracias al inmenso columpio de madera de teca que reposa en su entrada.
Wat Traimit
Dejando atrás el barrio histórico de Rattanakosin, si te adentras en Chinatown por la conocida calle Yowarat, no tardas en llegar a Wat Traimit. Este templo alberga la mayor estatua de oro macizo del mundo ¡con 5,5 toneladas de peso! Cuentan que durante muchos años estuvo recubierta de estuco con el principal objetivo de ser protegida de las manos de los birmanos. ¡El metal de su interior fue descubierto por casualidad durante su traslado. Estos templos se pueden ver de muchas formas; sin embargo, la manera más fácil, cómoda y divertida es tomando barcos que parten del embarcadero central de Sathorn, señalizados con banderas de colores en función del recorrido que realizan.
Si algo está claro es que no podemos disfrutar plenamente de los templos sin tener una idea previa de aquello que los mueve. El budismo, al igual que en la mayoría de los países asiáticos, es la doctrina que prevalece en Tailandia. Para comprender mejor a la gente de Bangkok debemos asumir antes que la religión es parte de su vida cotidiana y los templos juegan en ella un papel muy relevante. Es por ello que cuando se visita un templo o Wat, es obligatorio seguir algunas normas de vestimenta y conducta, como mantener la voz baja, descalzarse antes de entrar, no tocar nunca las imágenes de Buda o hacerlo apuntando con los pies hacia atrás al sentarte. ¡Viaja a Bangkok y siéntete como el auténtico rey de Siam en la ciudad que nunca duerme!