Un viaje a La India es una experiencia en sí mismo, pero hay que tener en cuenta que es un destino peculiar. Una cultura diferente, unas costumbres basadas en la religión y una forma de vida diferente a las que estamos acostumbrados. Pero para mí, La India es uno de esos países que enamoran y al que puede que, en un principio, se vaya por conocer el Taj Mahal, pero al que, sin lugar a dudas, volverás por la cantidad de experiencias que puedes vivir, así que aquí os cuento 5 experiencias que solo podrás vivir en La India:
1.Entrar en la cocina del templo Sikh
En mi visita a la ciudad de Delhi tuve la suerte de conocer el templo Gurdwara Bangla Sahib, que fue palacio del Rajá Jai Singh. Pero lo que realmente me impresionó de este templo no fue ni su arquitectura ni su historia, que también. Como solo viajábamos dos personas, nuestro guía consiguió “colarnos” en la cocina del templo. Allí vimos cómo cientos de personas esperaban sentados en el patio a que les sirvieran la comida. Porque sí, en este lugar trabajan varios voluntarios que se dedican a preparar comida en cantidades industriales para poder servírsela después a las personas que esperan a diario en el suelo de un enorme salón. Lo hacen por voluntad propia y sin ningún tipo de recompensa, solo con el único fin de proporcionar comida a los más necesitados. Las enormes ollas de arroz y de lentejas presiden la cocina mientras otros voluntarios amasan cientos de rotis, el pan típico del país. Nosotros tuvimos la suerte de poder colaborar con los voluntarios indios que, sin saber ni una palabra de inglés, nos acogieron e hicieron que nos entendiéramos solo con gestos y sonrisas. ¡Toda una experiencia!
2. Asistir a la ceremonia del Aarti
Esta ceremonia se celebra en diferentes ciudades de La India, pero yo os voy a hablar de mi experiencia a las orillas del río más sagrado del país: el Ganges. En este ritual hindú los monjes ofrecen los cinco elementos a Ganga: el viento, el espacio, la luz, el agua, el espacio y la tierra. Subidos a unos altillos de madera y acompañados de cánticos, los monjes van ofreciendo uno a uno estos elementos cada atardecer mientras se forman grandes aglomeraciones de gente a su alrededor. Por eso es importante ir con un poco de tiempo si quieres encontrar un sitio desde el que poder ver el espectáculo con claridad. Podrás hacerlo sentado en las largas escaleras que llevan al río, subido en una de las barcas atracadas en la orilla o de pie entre la multitud. Mi recomendación es que estés allí una hora antes de la ceremonia y cojas un sitio en las primeras filas de las escaleras. Después, ya solo te quedará disfrutar de una ceremonia muy sagrada para los hindúes. Para nosotros puede que sea una experiencia exótica, pero para ellos es una parte muy importante de su cultura y de sus creencias.
3. De Orccha a Kajuraho en coche
Si hay algo que me impresionó de La India fue el caos bien entendido en el que viven. El sentido del orden no existe para ellos y han aprendido a vivir sin normas cívicas. Así que podéis imaginaros lo que supone montarte en un coche y recorrer las carreteras del país. En mi caso os hablaré del trayecto que hice desde Orccha a Kajuraho, pasando por aldeas, pueblos y ciudades. Para que os vayáis poniendo en situación os diré que la vaca es el animal más sagrado del país: ¡si agredes a una vaca podrás ir a la cárcel! Como tampoco pueden ser sacrificadas, una gran mayoría de estos animales viven en las calles mientras campan a sus anchas. Y quien dice calles dice carreteras. Así que imaginaos ir montado en un coche, a unos 90km/h y encontrarte con vacas tumbadas en el medio de la carretera. ¿Cuál es la opción? Esperar tranquilamente a que se levanten y sigan su camino. Pero no solo eso, el concepto de los carriles no existe, por lo que te irás cruzando con coches, tuk tuks y motos en dirección contraria y por ambos lados. ¡Un auténtico caos acompañado del sonido constante de las bocinas!
4. Comprar una entrada de cine Bollywood
Puede sonarte muy rara esta recomendación, pero te aseguro que ir a ver una película de Bollywood en La India es toda una experiencia. Durante mi estancia en Jaipur decidí ir al famoso cine Raj Mandir, el más importante de La India. Seguro que estás pensando que no hay necesidad de pagar una entrada de cine para ver una película en un idioma que no entiendes, pero la realidad es que el espectáculo no está en el film sino en lo que lo rodea. Y, como ya os he dicho antes, el sentido del orden brilla por su ausencia por lo que no te imagines a un público silencioso al empezar la película. Es más, los gritos hacia los protagonistas van aumentando a medida que avanza la película y el punto álgido se produce cuando empiezan a bailar y a cantar como si de un videoclip se tratase. Sí, has leído bien, no solo cantan y bailan los actores, sino que el público se viene tan arriba como ellos. Ahora entenderás por qué el idioma da igual, la auténtica experiencia se vive gracias a la gente que acude a la sala. ¿Ya estás pensando en comprar una entrada? ¡No te arrepentirás!
5. Ver un amanecer en el Ganges
Sí, ya sé que ya he hablado de este río, pero es que el privilegio de ser el más importante del país y el punto de peregrinación por excelencia para los hindúes hace que todo a su alrededor sea un espectáculo. Si antes os hablaba de la ceremonia del Aarti al atardecer ahora quiero recomendaros un amanecer sobre una barca de madera navegando el Ganges. La luz con una mezcla de tonos naranjas y morados contrasta con el color marrón del río, pero fuera de perder el encanto se convierte en toda una experiencia. Durante el paseo irás viendo toda la panorámica de la ciudad de Benarés, o Varanasi como ellos la llaman, pero, sobre todo, podrás ver con tus propios ojos el ritual de cremación que se hace a diario a lo largo de toda la orilla del Ganges. Un reflejo de su cultura que no es apto para los más sensibles.
Si te has quedado con ganas de conocer más sobre este país, aquí tienes 10 razones para viajar a la India. Porque sí, llenar un viaje a la India de experiencias es algo que hay que vivir al menos una vez en la vida. ¿Nos vamos?