Mucho se habla del ambientazo de Cracovia, ciudad universitaria, como razón para visitar el país. También se dice que es uno de los destinos más baratos en Europa (puedes comer en abundancia por menos de 2€). Y, lógicamente, por su historia más reciente, el nazismo y el comunismo han escrito sus últimos años y han dejado recuerdos imborrables que todo viajero descubrirá a su paso. Pero detrás de los tópicos, hay mucho más que ver y sentir en un viaje a Polonia. ¡Acompáñanos de la mano de nuestros expertos por el país polski!

1. No está masificado.

Aunque cada vez son más los turistas que se animan a visitar el país, y Cracovia parece estar inundada de erasmus, la mayor parte del territorio polaco es virgen de turistas. Te animamos a perderte por sus pueblos y pequeñas ciudades, donde conocerás la forma de vida más tradicional y te sorprenderás por su preciosa arquitectura, la amabilidad de sus vecinos y, como no, con la gastronomía típica. Nuestra recomendación es que visites Ladek Zdrói, una de las ciudades balneario más antiguas de Europa, o Kazimierz Dolnv, donde se respira un aire bohemio entre tanto monumento renacentista. ¿Quieres más? ¡Prepara el coche, pregunta a nuestros expertos y haz un road trip por todo el país!

2. La cerveza.

Si eres un amante del zumo de cebada, Polonia es tu Meca, por algo es el quinto país en consumo de cerveza, con una media de 100 litros al día. Parte de la culpa es que la cerveza es muy asequible, podrás disfrutarla desde 30 céntimos a 4€, eso sí, siempre en medidas amplias: o medio litro o un litro. No se toman tan frías como en España, pero no esperes encontrarlas calientes como en otros lugares de Europa. La preferida por los polacos, y parece ser que la más antigua, es Tyskie, que en alguna ocasión se mezcla con un sirope para endulzarla. ¡Para gustos colores! Con el auge de la cultura cervecera, han aparecido por todo Polonia las microbreweries, que sirven cervezas artesanas que nos completarán la experiencia total en un país cervecero como el que más. Déjate aconsejar por los expertos y prueba varios tipos, ¡con estos precios puedes arriesgarte y acabar siendo un enamorado de la Pilsen con sirope de fresa!

3. Naturaleza en estado puro.

Habitualmente, cuando se habla de Polonia, se destacan sus ciudades con reminiscencias comunistas, de la Edad Media o renacentistas. Pero Polonia esconde grandes secretos naturales, y con un encanto único. Prueba de ello es que en Polonia se encuentra el hábitat natural del bisonte europeo y era destino obligado para las cacerías de los reyes polacos y lituanos. Dejamos a un lado este pasado para disfrutar de sus 23 parques nacionales. Si tu ruta incluye Varsovia, puedes visitar el Parque Nacional de Kampinos que se encuentra muy cerca. Si, en cambio, vas a pasar tus días a Cracovia, acércate al Parque Nacional Oicowski. Si, por el contrario, tienes mucho más tiempo y tu objetivo principal es ver robles de más de 400 años, te animamos a perderte por su red de parques que incluyen, entre otros atractivos, las marismas más grandes de Europa Central que mantienen a casi 300 tipos de aves acuáticas: Marismas de Biebrza. En la mayoría de ellos la entrada es libre y son perfectos para hacer rutas en bicicleta o andando.

4. El escenario perfecto.

Muchos hemos conocido la historia de Europa gracias, en parte, a las grandes películas que nos han mostrado detalles con los que nos hemos sentido mucho más cerca del horror, la vida o la cultura. Polonia, como escenario de una parte muy relevante de la historia reciente, también lo ha sido de películas que han querido recordar esos momentos. Y, lo mejor de todo, hoy se pueden visitar para conocer más sobre la historia y para sentirte como uno de esos actores. El caso perfecto es “El pianista”, de Polanski. Esta historia, por si todavía queda alguien que no la ha visto, narra la situación límite que vive un pianista durante la invasión nazi, lo que le obliga a esconderse en edificios abandonados y a medio derruir. Pues bien, si pensabas que este escenario se recreó en algún gran estudio o si piensas que la tecnología hizo posible estas escenas, estás muy equivocado. Por ello, te animamos a dar un paseo por las calles Mala y Stalowa, en Varsovia, y te sorprenderás recorriendo los mismos pasos que en su día dio Adrien Brody. Eso sí, ahora hay mucho más ambiente, pero aún así es una muestra intachable de lo ocurrido. Otra opción es visitar la fábrica de Oskar Schindler, en Cracovia, hoy convertida en museo. Más allá de la historia de este lugar, en esta exposición podrás conocer qué ocurrió en la ciudad desde finales de 1939 hasta la época comunista y sentirte, gracias a los sonidos e imágenes, como uno de los judíos que vivió durante la ocupación nazi. También te animamos a ver estas películas antes de tu viaje, así podrás entender con más facilidad la importancia de que estos escenarios nos sigan recordando cada sufrimiento que allí se vivió.

5. Bar mleczny.

Hay quien los llama el McDonald´s comunista, pero los conocidos como “bares de leche” son mucho más sanos y con un producto mucho más tradicional. Se basan más en el slow food que en el fast food. Son reminiscencias de la época comunista, que todavía ofrecen al consumidor final una oferta gastronómica atractiva, barata y, lo principal, muy sabrosa. No podrás acabar tu viaje sin visitar uno de ellos y probar pierogi, bigos o el golabki. Eso sí, te recomendamos que vayas estudiado, en muchos de ellos la carta solo está en polaco, aunque siempre te encontrarás jóvenes encantados de poder ayudarte a elegir el mejor plato.

Seguro que con estas razones ya te hemos convencido, así que empieza a buscar fecha para tu próxima escapada, porque el destino ya lo tienes.

 

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